http://dicc.hegoa.efaber.net
Género, Igualdad deClara Murguialday y Cristina MaoñoCapacidad legal, social y política de mujeres y hombres para movilizar y gestionar todo tipo de recursos en condiciones igualitarias. Mientras el concepto de igualdad alude a que mujeres y hombres disfruten de similares oportunidades y recursos iniciales (“de salida”) para desarrollar determinadas actividades o para disfrutar de los bienes y servicios, la equidad de género se refiere más bien a la igualdad “de resultados”, es decir, al logro de metas iguales para ambos sexos. La distinción entre igualdad y equidad es importante, pues, a menudo, para conseguir que mujeres y hombres disfruten en condiciones iguales de los bienes, oportunidades, recursos y recompensas valorados por la sociedad, deben ponerse en marcha acciones de discriminación positiva hacia las mujeres. Efectivamente, debido a las desigualdades existentes entre ambos, dar un trato igualitario a mujeres y hombres no es suficiente para lograr metas igualitarias; más bien al contrario, un tratamiento igual en un contexto de desigualdad puede contribuir a perpetuar la falta de igualdad original. La necesidad de tomar en consideración las diferencias y las desigualdades existentes entre hombres y mujeres –pero también entre otros colectivos sociales– ha propiciado la aparición de las llamadas políticas de diferenciación para la igualdad (o políticas de acción positiva), que tratan desigualmente a quienes son desiguales con el fin de disminuir las distancias económicas, culturales, sociales y políticas entre ambos colectivos. Además, para lograr la igualdad entre mujeres y hombres es necesario modificar las prácticas institucionales y las relaciones que refuerzan y mantienen la desigualdad; así mismo se requiere que las mujeres manifiesten con firmeza su voluntad para determinar el curso de sus vidas. En el campo del desarrollo, la meta de la igualdad de género fue abordada en los años 70 por el llamado “enfoque de la igualdad” (ver mujeres, enfoques de políticas hacia las), que apuntaba a que las mujeres lograran iguales oportunidades y recursos, a fin de participar activamente en el desarrollo de sus sociedades. Este enfoque presuponía que el acceso de las mujeres a la educación y la capacitación laboral les posibilitaría aumentar sus oportunidades de empleo, representación y acción política, lo que les daría una posición igual a la de los hombres en la sociedad. Otra versión de la estrategia de igualdad entre mujeres y hombres, muy popular entre algunos organismos de cooperación al desarrollo, apunta a lograr que la misma proporción de mujeres y hombres participe en un programa o proyecto determinado, lo cual constituiría en sí mismo un indicador de igualdad de género. Aunque la igualdad de trato y de oportunidades es un objetivo importante, la experiencia demuestra que una participación igualitaria de hombres y mujeres no es siempre la manera más eficaz de asegurar que un programa apoye el objetivo de la equidad de género. Las estrategias que buscan la equidad de género, es decir, la “igualdad de resultados”, están incorporando estas enseñanzas de dos formas relacionadas entre sí: a) Centrándose en el impacto más que en las actividades, considerando cómo la iniciativa global afectará a hombres y mujeres, y a la igualdad entre ambos, directa o indirectamente. b) Centrándose en la igualdad como objetivo, más que en las mujeres como grupo meta, considerando la selección y diseño de políticas que tengan como objetivo central la equidad de género e incluyendo cambios en las concepciones, prácticas institucionales y metodologías de planificación del desarrollo. Cl. M., con C. Ma. Bibliografía
Ver Otros
Bloques temáticos |