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Resolución de conflictosIrantzu Mendia y Marta AreizagaProceso por el cual un conflicto de carácter interpersonal, intergrupal, interorganizacional o internacional de raíces profundas es resuelto por medios no violentos y de forma relativamente estable, a través, primero, del análisis e identificación de las causas subyacentes al conflicto, y, consiguientemente, del establecimiento de las condiciones estructurales en las que las necesidades e intereses de todas las partes enfrentadas puedan ser satisfechas simultáneamente. El origen de la resolución de conflictos como objeto específico de atención por parte de académicos y profesionales de la ayuda está vinculado a los esfuerzos de un grupo de ellos tras la I Guerra Mundial por prevenir la reaparición de conflictos violentos a escala internacional. Su labor consistió, básicamente, en aplicar una metodología científica a la investigación de las causas y procesos de los conflictos violentos y al desarrollo de medios para evitar su escalada y sus resultados destructivos. Después de la II Guerra Mundial, la investigación en el campo de la resolución de conflictos adquirió una mayor relevancia, extendiéndose su aplicación durante los 50 y 60 a ámbitos como el de las relaciones laborales o los movimientos pro-derechos civiles, de las mujeres y ecologista. En este tiempo, el uso extensivo del procedimiento judicial como recurso principal de resolución de conflictos derivó en una sobrecarga de los sistemas judiciales, principalmente en Estados Unidos, lo que motivó la búsqueda en ese país de nuevos medios más rápidos, menos costosos y no coercitivos para resolver las disputas. Así, a partir de los años 60 se desarrollaron numerosos procedimientos alternativos de resolución de disputas –fundamentalmente a nivel local o comunitario–, integrados en lo que pasó a conocerse como el movimiento o modelo de la Resolución Alternativa de Disputas (Jeong, 1999:393). Entre esos procedimientos, destacan como técnicas principales de resolución de conflictos la negociación, la mediación y el arbitraje, al tiempo que también se han ido desarrollando a nivel internacional otros recursos como la búsqueda de consenso, la diplomacia, la solución analítica de problemas y los esfuerzos de construcción de la paz. 1) Negociación Es la forma fundamental de resolución de conflictos, generalmente voluntaria, y que implica la discusión entre las partes en disputa con el objeto de alcanzar un acuerdo o arreglo en el conflicto que les enfrenta. En la medida en que no exista la intervención de terceros agentes, la negociación permite a las partes en conflicto mantener el control sobre el proceso y el acuerdo que de él pueda resultar. Entre las diversas formas que adopta este proceso, destacan la negociación posicional o competitiva, en la que cada parte trata de obtener para sí el mayor beneficio posible sin tener en consideración el resultado para la otra parte, y la negociación basada en el interés, centrada no tanto en las posiciones manifiestas de las partes sino en sus intereses subyacentes y en la asunción de que la búsqueda de al menos un interés en común permitirá llegar a un acuerdo. Esta clasificación básica es ampliada por Dean Pruitt (1991), quien realiza una descripción de cinco posibles estrategias de negociación: a) Flexibilidad: implica la renuncia de una de las partes a todo o casi todo de lo que pretende conseguir, puesto que considera que complacer a la otra parte o evitar la disputa es más importante que vencer. b) Rivalidad: supone que las partes entran en competencia para obtener la mayor ventaja posible, empleando para ello medios como la coerción y la presión que obliguen a la otra parte a realizar concesiones. c) Solución de problemas: se trata de una estrategia de colaboración en la que los oponentes trabajan juntos para alcanzar una solución que satisfaga los intereses y las necesidades de ambas partes. d) Inacción: las partes en conflicto hacen el menor esfuerzo posible por negociar, de forma que, aunque en ocasiones un retraso haga aumentar las oportunidades para lograr un acuerdo posterior, esta estrategia deriva habitualmente en la ruptura de la negociación. e) Abandono: esta postura supone el fin de la negociación y obliga a ambas partes a depender para la consecución de sus fines de medios alternativos al acuerdo negociado. Independientemente de las formas y estrategias de negociación adoptadas, ésta suele requerir como condición previa la entrada del conflicto en un estado de madurez que facilite la apertura del proceso de resolución. Esta situación de madurez de un conflicto se caracteriza por la percepción de las partes de que los costos de una confrontación continuada son más perjudiciales que los costos de un hipotético acuerdo, y puede darse como resultado de varias circunstancias: la frustración de una o más partes debido a su incapacidad para alcanzar sus objetivos por los medios escogidos, el protagonismo en el seno de una o más partes de nuevas personas con un talante diferente al de las personas previamente implicadas en el conflicto, y la existencia de presiones externas que instan a las partes a alcanzar un acuerdo en el marco de un período de tiempo determinado. Cuando el proceso de negociación no se inicia en el momento en el que se dan las condiciones óptimas para ello, el conflicto no se mantiene necesariamente en un estado de madurez y puede pasar mucho tiempo antes de que llegue una nueva oportunidad para su resolución. 2) Mediación La mediación como método de resolución alternativa de disputas implica la intervención en el proceso de negociación de una tercera parte neutral e imparcial, cuyo papel consiste en asistir a las partes en su efectiva comunicación, en el análisis del conflicto y en la búsqueda de una solución aceptable para todos. Idealmente, la persona mediadora no está vinculada a ninguna de las partes enfrentadas ni tiene interés por un resultado específico de la negociación, de forma que cuenta en su labor con la confianza y legitimación de todas las partes implicadas. Otro rasgo definitorio de este procedimiento es que la figura del mediador no tiene capacidad de decisión, sino que se limita a guiar a las diferentes partes durante la negociación, facilitando la definición del problema y de los intereses particulares, la comprensión de los puntos de vista opuestos y la elaboración de un arreglo que cuente con la aceptación general. Respecto a los tipos principales de mediación empleados en la negociación se encuentran, por un lado, la mediación para la solución de problemas y, por otro, la mediación transformadora. En el primer caso, de uso más extendido, el énfasis se coloca en la búsqueda de una solución al conflicto y en el establecimiento de arreglos mutuamente aceptados, mientras que la mediación transformadora tiene como finalidad la transformación de las personas o grupos implicados en la negociación a través de un proceso de empoderamiento, que permita a las partes analizar las necesidades, intereses y preocupaciones propias y las de los oponentes, y ganar la capacidad[Capacidad de absorción, Capacidades, Análisis de Capacidadesy Vulnerabilidades], en definitiva, de resolver sus propios problemas. En situaciones de conflicto, existen numerosos actores que podrían actuar como agentes de mediación, entre ellos Estados, líderes políticos, organizaciones internacionales, iglesias, organizaciones profesionales, institutos de investigación y formación, redes ciudadanas, fundaciones, etc. En la mediación de conflictos a escala internacional, algunos de los mediadores más habituales suelen ser representantes de las naciones unidas (con frecuencia su Secretario General), representantes de organizaciones regionales o el gobierno de un tercer país, aunque en ocasiones la mediación corresponde a una tercera parte informal no gubernamental que cuenta con la suficiente reputación y credibilidad entre las partes en conflicto. Dentro del campo de la resolución de conflictos, se destacan como ejemplos de mediación internacional las negociaciones de Camp Davis entre Egipto e Israel dirigidas por Jimmy Carter en 1978, así como la intervención del gobierno noruego en las negociaciones entre israelíes y palestinos de 1993. En el campo no gubernamental, destaca por ejemplo la labor de mediación realizada por la organización católica Comunidad de San Egidio entre el gobierno de Mozambique y la guerrilla RENAMO, que propició los acuerdos de paz de 1992. 3) Arbitraje Proceso de resolución de conflictos en el que las partes en disputa acceden a presentar su caso ante un tercer participante neutral e independiente, quien escucha los argumentos de ambos lados y posteriormente adopta una decisión, normalmente final y vinculante. El arbitraje difiere de la mediación, por lo tanto, en que la tercera parte que interviene en el conflicto sí tiene capacidad decisoria, si bien las partes enfrentadas mantienen el control sobre el conjunto de cuestiones a resolver y con frecuencia también sobre los aspectos de procedimiento. Además, se trata de un proceso entre contrarios en el que no hay lugar para la cooperación, el restablecimiento de las relaciones o la promoción de la confianza mutua entre las partes, posibilidades éstas que sí existen en el caso de la mediación. La forma tradicional de arbitraje es aquella en la que las partes llegan a un acuerdo para limitar el abanico de posibles resultados previamente al inicio del proceso de arbitraje, de forma que ambas puedan garantizar para sí un mínimo de beneficio. Otras veces, la figura del árbitro es instada a seleccionar la oferta final más razonable de una de las partes en conflicto, lo que impulsa a éstas a ser suficientemente realistas en sus posturas y exigencias. Por último, existe un tipo de arbitraje consultivo o no vinculante cuyo objetivo es clarificar y ofrecer a las partes información sobre el resultado probable del caso, incluyendo sus posibles ramificaciones legales, para tratar de evitar así el riesgo de llegar a un resultado final imprevisto y desfavorable. En conclusión, la aplicación de estas medidas de resolución alternativa de disputas ha conocido un considerable aumento en la década de los 90, de forma paralela al incremento en el número e intensidad de los conflictos civiles. En función de la práctica de diversos actores de la comunidad internacional como las naciones unidas, organizaciones regionales como la unión europea o la Organización para la Unidad Africana (OUA), gobiernos, organizaciones internacionales y ONG[ONG, Redes de, ONG (Organización NoGubernamental)], las medidas adoptadas para la resolución de conflictos se inscriben dentro de las estrategias políticas de la prevención de conflictos. Debido al carácter interno de la gran mayoría de los conflictos internacionales actuales, cuyos costos humanos y materiales son enormes, la comunidad internacional ha dirigido su atención no tanto a corregir las disfunciones del sistema internacional que puedan estar en el origen de los conflictos, sino a contribuir a reforzar las instituciones locales y las relaciones sociales dentro de los propios países implicados (Sorbo et al., 1997:82). De esta forma, la sociedad civil ha ido asumiendo paulatinamente un papel protagonista como agente de resolución de conflictos, como se demuestra en el aumento de la cantidad de ONG nacionales e internacionales que tienen en este campo su ámbito de actuación preferente. M. A. e I. M. Bibliografía
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