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FIDA (Fondo Internacionalde Desarrollo Agrícola)Irantzu MendiaAgencia especializada de naciones unidas con sede en Roma dedicada a la promoción y financiación de proyectos relacionados con la agricultura y la alimentación, con el objetivo final de erradicar la pobreza y el hambre en las poblaciones rurales del mundo, y en especial de los países en desarrollo más pobres. El FIDA se creó en 1976 como resultado de la Conferencia Mundial de la Alimentación de 1974, celebrada en respuesta a la crisis alimentaria que desde principios de los 70 afectó especialmente a los países del Africa Subsahariana. Esta Conferencia supuso el reconocimiento de que la inseguridad alimentaria y el hambre no se derivan tanto de déficits en la producción alimentaria mundial sino más bien de problemas estructurales relacionados con la pobreza y con el hecho de que la mayoría de la población pobre en los países en desarrollo se concentra en las áreas rurales, siendo la agricultura su principal medio de subsistencia. La misión del FIDA, por lo tanto, consiste en movilizar ayuda financiera directa –subvenciones y préstamos concesionarios a bajo interés– para proyectos de desarrollo agrícola que aumenten la seguridad alimentaria y mejoren los medios de subsistencia y el bienestar de la población rural pobre (FIDA, 1994:5). En concreto, esta agencia trata de incrementar el acceso a microcréditos y bienes de inversión de aquellos sectores considerados como más vulnerables: los pequeños agricultores, los campesinos sin tierras, las poblaciones indígenas, los pescadores artesanales y las poblaciones de desplazados internos y de refugiados[Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados,ver ACNUR, Refugiado: definición y protección, Refugiados, Campo de, Refugiados: impacto medioambiental, Refugiados medioambientales, Refugiados: problemática y asistencia, Reintegración de refugiadosy desplazados, ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), Salud de los refugiados]. Dentro de cada uno de estos sectores, las mujeres rurales pobres conforman un colectivo prioritario para el FIDA, ya que la mayoría de los pobres en el mundo son mujeres y que ellas son las principales productoras de alimentos en los países pobres. Durante sus primeros años de actividad, el FIDA se limitaba a financiar proyectos planificados y ejecutados por otras organizaciones de desarrollo. Sin embargo, la mayoría de estos proyectos no atendían suficientemente las necesidades de la población rural pobre, de forma que con el tiempo el FIDA ha ido ampliando su mandato para responsabilizarse también del diseño y la supervisión de muchos de los proyectos que financia. Respecto a la planificación y la ejecución de los mismos, esta institución fue pionera entre las organizaciones de desarrollo multilaterales en el reconocimiento de que sin la participación activa de los propios sectores pobres de la población no es posible alcanzar un desarrollo sostenible. Otro de los aspectos innovadores del FIDA es la originalidad de su estructura de gobierno, en la medida en que la capacidad de sus miembros de participar e influir en las decisiones no está, como generalmente sucede, en función del volumen de las contribuciones económicas de cada Estado Miembro a los fondos de la organización. Así, pertenecen al FIDA 161 Estados agrupados en tres categorías distintas, con igual representación y derecho de voto en los órganos de decisión pero con diferentes contribuciones a sus fondos. Los países miembros de la OCDE aportan alrededor del 56% de los recursos, los países de la OPEP aportan el 42% de las finanzas y, por último, los países en desarrollo no exportadores de petróleo contribuyen con el 2% del total de los recursos financieros (Arnold, 1996:72-73). Los esfuerzos del FIDA por combatir la pobreza y mejorar la seguridad alimentaria en las zonas rurales pasan por crear las condiciones necesarias para que la población rural pobre pueda producir alimentos o disponga de los ingresos suficientes para adquirirlos. Por ello, el FIDA ha elaborado a lo largo de los años estrategias de desarrollo adaptadas a las circunstancias particulares de cada país, tratando de mejorar los sistemas de producción alimentaria mediante recursos tecnológicos que incrementen el rendimiento agrícola, así como promoviendo proyectos de generación de ingresos en las zonas rurales más empobrecidas. A pesar de que acabar con el hambre y la pobreza constituye un objetivo mundial desde hace décadas, se constató a mediados de los 90 la existencia de más de 800 millones de personas en el mundo que padecen hambre de forma persistente y de unos 1.100 millones de personas afectadas por la pobreza. Ante esta realidad, la comunidad internacional, y dentro de ella el FIDA, ha hecho suyo el objetivo recogido por la Cumbre Mundial sobre la Alimentación organizada por la FAO (Roma, 1996) de reducir a la mitad el hambre y la pobreza absoluta para el año 2015. Por otra parte, el FIDA desempeñó un papel protagonista en la organización y preparación de la Conferencia sobre el Hambre y la Pobreza celebrada en Bruselas en 1995. El Programa de Acción unánimemente adoptado durante la Conferencia recogía como uno de sus objetivos principales el colocar la reforma agraria en las agendas de desarrollo nacionales e internacional, partiendo de que para mejorar la calidad de vida y la estabilidad social en las áreas rurales es necesario aumentar el acceso de la población rural pobre a los recursos productivos, especialmente la tierra y el agua. Para implementar el Programa de Acción de la Conferencia de Bruselas, se acordó la creación de una Coalición Popular para la Erradicación del Hambre y la Pobreza, es decir, un espacio institucional en el que tanto las organizaciones intergubernamentales, bilaterales como civiles que combaten el hambre y la pobreza puedan compartir sus conocimientos, experiencia y recursos. La existencia de esta Coalición supone para el FIDA un reforzamiento de los vínculos de colaboración que ya le unían a otras instituciones multilaterales, gubernamentales, financieras, ONG y organizaciones de la sociedad civil en su lucha contra el hambre y la pobreza rural. Sin embargo, las restricciones originariamente impuestas a su participación en la ejecución de los proyectos que financia, así como las sucesivas reducciones presupuestarias sufridas en años recientes, son factores que limitan la capacidad de actuación del FIDA y que impiden que ejerza una mayor influencia entre aquellos organismos de Naciones Unidas que, como la fao y el pma (Programa Mundial de Alimentos), inciden también en la agricultura y la alimentación. I. M. Bibliografía
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